¡Bienvenidos a Iracundópolis! Población: todos nosotros. Iracundópolis es la nación de la poca tolerancia, del egoísmo, del no saber compartir, de que no querer crecer como sociedad. Si, soy de los que piensa que no queremos crecer como sociedad, estamos cómodos en esta posición de vagos mantenidos. La incómoda comodidad del colonizado. Da un vistazo a tu alrededor. ¿Que tenemos hoy que nos hace mas distinto a, digamos, 20 años atrás? Más autos, más carreteras, más vivienda esparcida por los lugares que antes eran, simplemente, verdes, y finalmente más violencia Piensa bien y pregúntate: ¿nuestra calidad de vida ha mejorado? y te adelanto, que Plaza Las Américas NO DEFINE una mejoría en nuestra calidad de vida.
Pero antes de seguir disparando cosas que te harán pensar que soy un ogro, un aborrecido y mil cosas mas, quiero detenerme a explicarte quien soy y de donde vengo. Exacto, de lo que pica el pollo. Cuando iniciamos una lectura, me parece que lo mas sensato es reconocer el contexto de quien escribe, pues en muchas ocasiones entender ese contexto nos dará una mayor comprensión de lo que se está leyendo. Iniciemos con que soy Arquitecto. ¿Conoces a algún Arquitecto?... si es así, ¡lo lamento tanto! Si no conoces a ninguno, te estás perdiendo una de las mejores experiencias de tu vida, esa gente está mal de la cabeza. Básicamente, la educación formal en la Arquitectura es una de las más extenuantes que he podido conocer, solo superada por un estudiante de Medicina. Ni los abogados se joden tanto, modestia aparte, cualquiera puede ser Abogado, no todos pueden ser Arquitectos. Sin ánimos de ofender a mis amigos Abogados.
Estudie en Puerto Rico y fuera de la isla. Tengo que establecer que el ambiente creativo se repite en todas las escuelas y en todos sus estudiantes. La escuela, como periodo de la vida del Arquitecto te drena, te consume, no te deja vivir, es totalmente apasionada y exquisitamente fascinante. Es correcto: ¡te vuelve bipolar! Aunque te jodes la vida estudiando, no cambio la experiencia por nada del mundo… es una relación de amor y odio que solo otro masoquista puede entender. Aunque se presentan variaciones en cada caso, los síntomas básicos de estudiar son los siguientes: perdida de la vida social, falta de horas normales de sueño y descanso, Enajenación del núcleo familiar, reclamo por parte de los amigos y parejas sentimentales de que nunca te ven, entre otros. En fin, la mejor etapa de tu vida.
Los Arquitectos nos obsesionamos con las cosas “menos importantes”, nos fijamos en los detalles, tocamos las paredes, evaluamos si ese color era el correcto para ese edificio o casa, entre otras absurdas cosas. Además de vivir fascinado con mirar a los techos de los edificios (por cierto, ¿alguna vez has caminado por el Paseo de Diego en Rio Piedras mirando los balcones y las fachadas altas de los edificios? Te invito… es tremendo viaje) y de ver como un edificio se relaciona con su entorno, nos la pasamos en un constante proceso de critica (y ego trip)… a fin de cuentas, la crítica (en el ámbito positivo de su definición) es parte importante de una educación en Arquitectura. Algunos usan la crítica para el bien, otros… simplemente son gente sin escrúpulos ni ética profesional, y te joden la vida y tu autoestima… bueno, todos siempre somos como los “otros”. Así que dado el caso que soy Arquitecto, confieso ante ustedes que no, yo no soy un ser normal y ni tampoco tengo escrúpulos.
Como si el asunto no fuera ya grave, decidí enfocar mi carrera en el estudio de las ciudades. Entiéndase que además de Arquitecto, soy Urbanista una profesión que en el Departamento de Estado del Estado Libre Asoc, digo… del Gobierno de Puerto Rico no existe. Simplemente habita en nuestras cabezas. Eso quiere decir que a la obsesión de comprender un edificio, también me complico la existencia con entender el comportamiento de una ciudad, como se mueve, como vive, como opera, y el comportamiento de su gente. Si usted no me entiende, no se preocupe busque a uno de sus amigos/amigas Arquitectos para que le explique.
Continuamos. Los Arquitectos vivimos en el mundo de pajas mentales, si… ese mundo ¡si existe!, es similar al mundo en el que vive Luis Fortuño, Rodríguez-Ema y su equipo de trabajo. La diferencia es que es un mundo agradable, sano, no pisotea la democracia de un país, no tiene fijaciones con la estadidad, y tiene tendencias artísticas. Buscamos la solución a todo, pues la Arquitectura como profesión se trata de solucionar problemas.
Luego de estar más de 6 años ( o más) estudiando, resolviendo problemas, analizando cómo se comporta nuestro entorno, y presentando propuestas para solucionar lo que entendemos es un problema, los Arquitectos vivimos una vida de frustración cuando vemos que los problemas que vemos en nuestro diario vivir no se solucionan. Ahí es cuando intentamos ser bloggeros y asi verter nuestro odio en la Internet.
Por supuesto, no perdamos de perspectiva que la Arquitectura es una de las Bellas Artes. El espacio, eso que no podemos tocar pero que si podemos habitar y definir, es nuestra materia prima. Como artistas, somos incomprendidos y tenemos mil inquietudes que experimentar y solucionar. Somos egocéntricos, creídos, nos pensamos lo mas grande. Somos tan creídos, que a Dios se le llama el Arquitecto del mundo, Imaginate tu. ¡AH! Lo olvidaba, los Ingenieros viven en una batalla constante con nosotros, ellos piensan que saben más que nosotros. Bendito, que ilusos son. Dios no es Ingeniero, es Arquitecto…
Ya definido quien soy, casi Dios, y de donde vengo, del vientre de la Virgen María, retomamos la conversación. Iracundópolis somos todos. Somos Iracundos cuando hemos perdido la tolerancia para los demás. Somos todos unos iracundos, cuando conducimos como salvajes en la carretera; y encima de eso, somos groseros contra otros conductores cuando aceleramos el carro para no darle paso a aquel conductor que si puso la señal para cambiar de carril y cuando nos estacionamos en las aceras de los peatones. Somos Iracundos cuando vamos a la playa y no podemos recoger nuestra basura y ponemos el Ipod a to' volumen y los demás que se jodan. Cuando somos hostiles al pedir y/o solicitar un servicio, y cuando somos hostiles al ofrecerlo. Iracundos cuando no podemos hacer una fila de manera civilizada… En esencia somos unos cafres. Si, somos unos cafres, ¡eso somos! No te ofendas y más bien observemos nuestras acciones, nuestra rutina. ¿Tanto cuesta ser civilizado y sensible con los demás? Al momento de escribir esta entrada, la cifra de asesinatos en Puerto Rico, sobrepasaba el número de 600, y el mes de julio iba por la mitad. Eso no es un #TRIUNFO del cual me sienta orgulloso. "Puerto Rico lo hace mejor". Bienvenidos a Iracundópolis. Población: los que sobrevivamos finalmente de un cifra de todos nosotros.
